Me dicen que a ver si me cuento algo en lugar de meter tanta foto, pero es que aún estoy repasando momentos, y eso que no las tengo todas. Pero es una forma de compartir con los que están lejos, que son más que unos cuantos, por desgracia. Porque quisiera que estuvieran todos aquí, cerquita de mi, para poder hacer espichas cuando nos venga en gana, echarnos unas risas o ponernos trascendentales al calorín de un café o un caldo, que en estos días ya se agradece.
Me encanta ver fotos, y sobre todo en papel, que son más de verdad, menos etéreas. Me encanta recordar momentos inolvidables plasmados en un papel. En el fondo me presta derramar unas lagriminas mientras revivo esos momentos, ya sean alegres o tristes. Pero que nos quiten lo bailao. Y me muero porque alguien me mande una carta, de las de vía postal tan poco de moda en estos tiempos que corren, y que me cuente sus intimidades, sus diarreas mentales, sus chuminadas, que me hagan sentir que están vivos. Que me hagan saber de ellos porque al final, con tanta sociedad de la comunicación y tanto correo electrónico, no sabemos nada de los demás. Tan sólo nos dedicamos a mandar reenviados estúpidos, la mayoría de ellos, que nos petan el correo.
Pero eso de poner unas líneas de corazón, de recuerdo, de vida… está más que jodido.
lunes, 19 de noviembre de 2007
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